Bailas?

Si te gusta la Danza Oriental, ya no puedes poner a tu bebé como excusa para no apuntarte.

Lesya Starr organiza clases de Danza Oriental para disfrutarlas juntos las madres con sus hijos y si son bebés, pueden bailar con portabebés.

Aquí os paso la información que ofrece Lesya Starr sobre sus clases, lástima que no haya ninguna foto. A ver quien me manda la primera 😉

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 MAMÁ, QUIERO BAILAR» con Lesya Starr

 ¿LE CONCEDES A TU HIJO/A SU  PRIMER BAILE?
Una oportunidad estupenda para realizar con tu  hijo/a un poco de ejercicio, pasar unas horas de relax bailando y  disfrutar de un rato agradable con otras madres y niños. Lesya lleva más de 18 años enseñando danza oriental y hace 2 años que es madre (ella da la clase con su hija Asha). Para empezar se realizarán estiramientos de yoga,  incorporándolos a los pequeños, y después se dará paso al baile. No es necesario tener nivel de danza oriental y la clase se adaptará en función  de las situaciones y circunstancias de los asistentes. No hay que  preocuparse por si los pequeños se cansan, podrán dejar la actividad y  ponerse a jugar a vuestro lado. No os olvidéis de preguntar qué ropa y  material hay que traer a la clase para que todos estéis más cómodos.

 Us agradarà si us agrada…:  Hacer ejercicio, relajarte, abrirle a  tu hijo/a los sentidos a la danza y la música.
Edad:  De 0 a 3 años, acompañados por sus madres
Precio: 50 €/mes o 15€/clase suelta

Lugar:

Estudio de Lesya
C/Pallars, 147, 1er (esq. Ávila)

http://lesyastarr.com/

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Cuanto puede cargar un mei-tai?

 

 

Es cuestión de probarlo. Y eso es lo que ha hecho esta señora.

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Éste de la foto, en concreto aguanta 47 kilos (105 Libras), mucho más de lo que cargaremos nosotras mientras llevamos a nuestros hijos…por mucho que lo prolonguemos. 😉

 

Lo que no podemos negar es que es una buena manera de vender sus mei-tais en Etsy.

Y mientras, su padre, aguantando con buena cara…

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Qué tienen éstos fulares?

Qué tienen estos fulares?

 

Me refiero a los Vatanai Pamir.

En las subastas alcanzan cifras astronómicas.

 

Hace poco éste    se vendió por 1950 $ (unos 1300 €) en wahmchicks . Se trataba de un Pamir teñido con tintes naturales por Dragonfly Beginnings. El precio de salida fue de 275 $. Es realmente bonito pero es muchísimo dinero por un trozo de tela.

 

 

 

 

 

 

 

 

Actualmente hay este otroque a fecha de hoy va por los 672$.

 

 

 

 

 

 

 

En Ebay la semana pasada había éste  que llegó a los 1425 dólares.

 

 

 

 

 

 

 Y actualmente queda uno en subasta.Hoy las pujas estan en 401 €.

 

 

 

 

 

 

 Sorprendida por éstos precios, he decidido preguntarle a Magdalena , la distribuidora en España de los fulares Vatanai   y me ha explicado que estos fulares estan fabricados en la República Checa

El modelo Pamir en concreto está tejido artesanalmente por una mujer llamada Marie Radvanova en un telar que tiene más de 100 años.

 

El color de los Pamir es crudo pues no lleva ningún tinte ni blanqueante  y se entrega en las siguientes medidas  2.5 m, 3 m, 3,5 m, 4 m, 4,5 m y 5m. Sus precios son respectivamente: 119€, 129€, 138€, 147€, 156€ y  168€ más los gastos de envío. Y se hacen por encargo.

 

Por lo que he visto, al ser tejidos totalmente a mano es normal que haya una diferencia de unos centímetros en la longitud de ambos lados.

 

Bueno, pues ya tenemos la razón de esta “exquisitée” pero aún así no entiendo esos precios que llegan a multiplicar casi por diez los originales.  Estas americanas….!

 

Y por lo que respecta a las de aquí, ya sabeis, la primera que se compre uno que mande foto!   (Aisss,   que me imagino quien será!)

 

 

Cómo empezé a ser mamá canguro

 

Este texto lo he escrito para la Red Canguro, así me sumo a las otras madres que han participado en esta original iniciativa de la RC para contar sus inicios con los portabebés.

Esta es mi experiencia:

Al nacer mi hijo mayor, que ahora tiene 4 años, compré una

 

 

bandolera de Crianza Natural. Había leído en los foros de las ventajas de los portabebés y quise comprobar si realmente iba tan bien como decían.  Realmente la encontré muy útil, casi siempre iba con él en la bandolera y cuando tenia que tomar el carrito por cualquier cosa, la llevábamos guardada porque tarde o temprano los bebés se cansan del carrito y quieren brazos y así era mucho más fácil. Me ayudó mucho con los “cólicos”, los llantos inexplicables, o los llantos de sueño, porque era ponerlo en la bandolera y calmarse (casi siempre)  o quedarse frito.

 

 

 

 

Usamos la bandolera hasta que mi hijo mayor tuvo unos 2 años y siempre le he tenido un cariño especial porque fue una gran ayuda en la crianza de mi hijo y me abrió la puerta al mundo de los portabebés. También  compré una Ergo para ir a la espalda cuando ya era mas mayor pero no acabó de gustarle. Creo yo que es porque estaba acostumbrado a ir a la cadera y no le gustaba ir atrás porque no me veía la cara. 

Hace pocos meses nació mi hija pequeña. En los últimos días de su embarazo, pensé que estaría bien tener un pouch y se me metió en la cabeza hacer uno de punto. No tengo idea con las agujas y lo hice como si fuera una bufanda y cosiendo los dos extremos. Pensé que no sujetaría mucho, pero igual lo podría usar con la niña recién nacida. Así que cuando tenia un momento, me liaba a tejer. Recuerdo que cada 2  o 3 pasadas se me dormían las manos y tenia que dejarlo.

Lo tejí en 8 días. Y la noche que lo terminé me puse de parto. Siempre he pensado que mi hija estaba esperando a que terminara su pouch calientito para nacer.

Como nació en pleno invierno, nos vino genial ir abrigaditas y envueltas en el pouch de lana de colores durante las primeras semanas, en casa o en trayectos cortos. Después, al ir creciendo, ya lo dejamos porque empezaba a ceder con el peso.

 Esta foto me la hice justo al acabarlo, esa misma noche empezó a nacer mi hija.

 

En los últimos meses de embarazo, compré un fular Hoppediz, fue una de las pocas cosas que compré para mi hija, pues todo lo tenia prestado de su hermano. No pudo tener mejor comienzo: estrenamos el fular en su nacimiento en casa: La comadrona previó que el expulsivo seria largo y nos propuso la postura “Cabaret”: mi compañero sentado en una silla y yo a horcajadas sobre él, abrazados frente a frente. Cuando venia una contracción él tenia que abrir las piernas y así yo “caía” literalmente y con la “sacudida” mi hija se iba abriendo paso dentro de mí. Para evitar que resbalara la comadrona nos ató a mi compañero y a mí con el fular, así que  estuvo presente desde el primer momento de vida de mi hija.

 

Después ha habido y seguro que habrá mas fulares y más portabebés de todo tipo, pero la bandolera, el pouch casero de punto y el fular que ayudó a nacer a mi hija, son los que más quiero y los que serán siempre especiales para mí.

 

Núria.

 

 

 

 

 

 

Animalitos…

 

Ya sabemos que estos animalitos tendrian que ir andando, pero aunque sus dueños tengan sus razones para portarlos, no puedo evitar llevar la odiosa comparación entre portabebés al mundo animal jejeje.

A ver, a ver…quien dirias que va más cómodo?

      

 

 

 

 

 

 

 

También en mei-tai que, por cierto, es chulísimo.

 

 

 

 

 

 

 

Y esque no puedo evitar la tentación de poner algunas fotos mas. Qué mania hay con la posición frente al mundo! Si en un bebé es antinatural, en un perro ya no digamos!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y éste ha salido deportista!

 Parece que le gusta y todo!

 

 

 

 

 

 

 

 

Este otro, me ha llegado al corazón. Tiene 14 años y no puede caminar. Su ama lo saca al parque así colgando para que se distraiga.

 

 

 

 

 

Y como en el mundo de los bebés, hay quien prefiere carritos, aunque en este ámbito parece que éstos son la minoria.

 

 

 

 

En fin, no pretendo juzgar los «portaperros», pero curioso sí que és 😉